Horacio

HORACIO

Puesto que Horacio, a diferencia de otros escritores, tenía unos orígenes muy humildes y modestos, impregnó a su poesía y prácticamente toda su obra de un sentido que casa a ciencia cierta con su experiencia vital. Este tono terrenal se vislumbra de forma constante tal y como se desprende de todos los poemas consignados a analizar. 

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De resultas, encontramos los siguientes fragmentos en otros tantos poemas. En A Mecenas; “esperando alcanzar tu favor, no para que aumente el número de mis bueyes…no pienso acumular riquezas para esconderlas bajo tierra…o para dilapidarlas cual heredero”. 

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En Beatus ille; “Dichoso aquel que labra los campos heredados de su padre con sus propios bueyes…manteniéndose lejos del foro y de los umbrales soberbios de los ciudadanos poderosos”. El yo de Horacio aparece en toda su obra de esta manera, todo lo analiza desde su punto de vista modesto, respetuoso, austero, sencillo. 

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En otro poema, A sestio, leemos; “La breve suma de la vida nos prohíbe poner cimientos a una esperanza larga”. Y así continuamente. En A pirra, “he dejado colgadas mis vestiduras mojadas como ofrenda al dios que gobierna en el mar”.

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A su entender, el humilde triunfará, lean lo siguiente del poema Aurea mediocritas, “El que elige la dorada medianía…carece en su sobriedad de un palacio que cause envidia”. 

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En cuanto a lo que la temática amorosa concierne, Horacio describe el amor de forma honesta y realista, así encontramos en el poema Al poeta Tibulo, “no te angusties más de la cuenta recordando a la cruel Glícera” y es que Horacio trata de diferentes mujeres y casos amorosos, debido también a que se dirige a diferentes personas y habla de esas particulares vivencias. 

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De este modo en A Lidia le asegura a su protagonista “Llegará el tiempo en que tú, vieja casquivana, llorarás el desprecio de los libertinos en un callejón solitario”. En suma, esto es lo que la obra poética de Horacio significa a grandes rasgos. Para terminar, un de sus más célebres composiciones.

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“Más rectamente vivirás, Licinio, si dejas de navegar siempre por alta mar y evitas acercarte demasiado al litoral peligroso, al tiempo que, con cautela, sientes horror ante las borrascas. El que elige la dorada medianía carece, bien protegido, de la sordidez de una casa vieja; carece, en su sobriedad, de un palacio que cause envidia. Los vientos zarandean con más frecuencia al pino alto y las torres elevadas caen con más grave derrumbamiento, hiriendo los rayos los picos más altos de las montañas. El pecho bien preparado aguarda una suerte distinta en las situaciones desfavorables, la teme en las propicias. Júpiter trae los desapacibles inviernos, él mismo se los lleva. Si ahora te va mal, no será así también en el futuro; de vez en cuando provoca Apolo con su cítara a la musa silenciosa y no siempre tiende su arco. En los momentos difíciles, muéstrate animoso y fuerte; más también aprende a replegar las velas hinchadas por un viento demasiado favorable” Horacio.