Comencé mi novela El Verano de Natalie Davis en el año 2015 pero no la pude terminar. Las cosas no cuadraban, no tenía un buen final. Dos años después, en 2017 conocí a una chica de Perú. Su nombre es Katia. Era una chica encantadora, una profesora que estaba en España estudiando un curso. Pasamos mucho tiempo juntos. De hecho, iba a visitarla a Zaragoza un par de veces a la semana. Lo pasábamos genial. Descubrió un montón de lugares, bebidas y platos gracias a mí.
Cuando terminó el curso y volvió a Perú comenzamos una relación muy especial. Nos veíamos todos los días gracias a Internet, chateábamos y hacíamos videoconferencias. Ella me acercó a novelas de Mario Vargas Llosa como "Travesuras de la niña mala"
Cuando el verano llegó me levantaba muy pronto para escribir pero antes de nada, escribía a Katia que se levantaba incluso antes que yo a chatear conmigo. Hablábamos durante un buen rato y gracias a ella terminé la novela (compra mi novela El Verano de Natalie Davis) Katia me inspiró de tal manera que inventé un personaje basado en ella que es clave en la novela. Nuestra relación era tan especial que la bauticé como Dulce Katia
Dos años después de nuestra despedida en persona la he visto de nuevo. Fue durante el viernes santo, un día muy especial para mucha gente y fue en Madrid. Iba de camino a Turquía pero paró en Madrid para visitar a algunas personas durante dos días. Ha estado en Perú todo este tiempo y ahora se va a Turquía a comenzar una nueva vida.
Fue mágico verla otra vez en persona tras dos años, caminamos por Madrid y hablamos largo y tendido. Se ha convertido en una musa para mí. Me inspira de tal manera que siempre escribo algo tras hablar con ella. Siempre la tendré como mi musa.
El Verano de Natalie Davis
El Verano de Natalie Davis
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